lunes, 4 de febrero de 2008

Director 2008.02.04

Intento entender a aquellos que les importa tres pepinos el que en una cumbre de la Unión Europea, celebrada recientemente en Londres, los “pesos pesados” de la economía y la política europea no hayan tenido en cuenta a mi querida España. Y a pesar de que analizo a cada quien no logro hallar un argumento que me convenza o que me quite este mal sabor de boca, este dolor en el alma, esta vergüenza ajena y este enfado descomunal. Porque, si no recuerdo mal, cuando hace cuatro años el señor Rodríguez Zapatero se presentó a las pasadas elecciones y nos prometió que “a España la metería en el centro de Europa”… como si en aquel entonces perteneciésemos al grupo de Países Sub-Saharianos… se me abrieron los ojos como platos y mi espirometría aumentó de lo lindo: como que ya respiraba como los corredores de fondo.
Pues, bien… Resulta que transcurridos los cuatro años, mi querida España no sólo no está en el centro de Europa –según nos acaban de demostrar los más altos dignatarios de la Comunidad- sino que ha perdido su amistad y colaboración con los Estados Unidos de Norteamérica. En una palabra, que quienes alternábamos y nos movíamos con las potencias occidentales; resulta que ahora nos hemos aliado con los gobernantes más corruptos de la Tierra y con los dictadores más sanguinarios.
Porque, yo que llevo metido en este mundo de los políticos, sin haber pertenecido ni pertenecer a ningún Partido, (ni ser un altavoz de personajes radicales que no pertenecen a “mi cuerda” y los que ni siquiera me son simpáticos, mi respetado Anxo: otra vez más se ha equivocado conmigo… ¡qué mala suerte tiene usted conmigo!) me pregunto si somos conscientes de lo que ha supuesto para la totalidad de los españoles el haberle hecho al pueblo norteamericano el mayor de los desprecios: faltarle el respeto al mayor de los signos de identidad y grandeza, como es la bandera nacional de cualquier País que sienta correr por sus venas el orgullo de su propia historia. Porque, aunque los anarquistas y los nacionalistas digan lo que les venga en gana, dentro de la propia Unión Europea hubo un acusado malestar contra la actitud chulesca y barriobajera del Presidente del Gobierno Español, al no haberse levantado –en señal de respeto hacia más de trescientos millones de americanos- al paso de la enseña norteamericana: la prueba del nueve tuvo lugar en el Reino Unido, hace unos días. Y por primera vez, desde la finalización de la anterior dictadura, no hemos sido invitados a Washington, a nivel presidencial. Y yo me pregunto… ¿Nos conviene seguir nadando contra la corriente de los países más ricos del Planeta Tierra?... ¿Es beneficioso para nosotros el mantener este distanciamiento con los Estados Unidos de Norteamérica, Alemania, Inglaterra, Italia y Francia, entre otros?... ¿Creen ustedes, de verdad, de verdad, que si decidimos que no cambie el Gobierno actual, el próximo 9 de marzo, mejorarán nuestras relaciones diplomáticas, comerciales y de inversión con los Países ya citados?... ¿Somos conscientes de que estamos tirando de la manta y con los pies al descubierto, cuando nuestra deuda acaba de rebasar los novecientos mil millones de euros (900.000.000.000)… y no estamos tomando medidas al respecto?... ¿Entre ustedes hay gente que piensa que en economía al guardar silencio y no tomar ninguna decisión, la recesión no llama a la puerta de nuestros hogares?...Pues si la hay, indíquenles donde están las oficinas del INEM… las de la Entidad bancaria que nos hizo el préstamo… y no sigo porque no les quiero amargar los carnavales.
Disfracémonos con piel de cordero, a ver si alguien confía en nosotros y en los intransigentes.

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