lunes, 10 de septiembre de 2007

Director 2007.09.07

Recuerdo haber oído muchas, pero que muchas veces un dicho popular que dice lo siguiente: “mi marido tiene venas de loco; unas veces, por mucho, y otras veces, por poco”… Así nos sucede a nosotros, quienes nos comprometimos a escribir un comentario diario. Y créanme que es muy cierto. En mi caso concreto, puedo llegar a estar media hora o tres cuartos de hora delante del ordenador y mirando al exterior… y nada de nada. Es como si la mente dejase de pensar o hubiese caído en coma.
Sin embargo hoy, no sé por donde voy a empezar. Por un lado, y como amante de la lírica y de la música clásica, me llenaría de satisfacción si fuese capaz de escribir o decir algo justo sobre el gran “maestro” que nos ha dejado para siempre: Luciano Pavarotti. Mi talento no llega a tanto. He oído a algún experto que dijo que cada cincuenta años nace alguien con unas dotes similares a las del gran virtuoso. Yo, desde mi humildad y escaso conocimiento me atrevo a decir que desde el “Gran Carusso” hasta Luciano Pavarotti no ha habido quien pudiese llegar a dominar tantos registros. Quizás, quizás, estoy pensando en Di Stéfano, a mitad de camino, pero no estoy seguro.
Por otro lado, está el bloqueo –sólo momentáneo- sobre el precio del dinero; o si ustedes lo prefieren, la repercusión de las hipotecas sobre nuestros ingresos mensuales, trimestrales o anuales. Punto que, desde esta pequeña Emisora de barrio, he tratado, advirtiéndoles que la burbuja de la construcción estaba a punto de reventar. Y esa advertencia la hice pública a principios de año. Y es que se veía venir, salvo que los incautos y los fanáticos a los políticos del signo que sean, les crean… estando a las puertas de unas elecciones generales.
También se podía tocar el tema de las viviendas que prometió el Presidente de la Junta de Andalucía, señor Chávez, quizás para darle un buen argumento a los guionistas de las películas de Cantinflas… que en paz descanse.
Y en vista de que no desarrollé a fondo ninguno de las tres inesperadas situaciones, me voy a quedar repasando en mi baúl de los recuerdos una serie de imágenes recientes que estoy memorizando y que pueden ayudarme a sentirme mucho mejor de lo que ya estoy y con nuevas ganas de escribir sobre el comportamiento de quienes admiramos la belleza… en todas sus manifestaciones y sin sujeción de ningún tipo. Porque yo sigo pensando que a la belleza también le debemos dar libertad, de tanto en cuanto... siempre que esa libertad no deforme o deteriore lo que ella les regala a nuestros cinco sentidos.

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