viernes, 28 de septiembre de 2007

Director 2007.09.27

Durante los años que estuve en el mundo de la televisión aprendí a que una imagen vale por mil palabras. Y quizás por defecto profesional, a partir de aquella época, me fijo mucho en los gestos de los personajes que salen en la pantalla de la “caja tonta”. Y en los informativos del día de ayer, fuera el canal que fuera el que tenían sintonizado, habrán visto el primer plano que le captaron a nuestro Presidente del Gobierno Español, don José Luís Rodríguez Zapatero. Y habrán observado el gesto de odio contenido que nos muestra en cada intervención del Jefe del Estado, sobre todo cuando está rodeado de militares. Es algo que cualquier psicólogo nos puede aclarar: si a nuestro inolvidable don Paco Vázquez el Estatuto de Cataluña le producía sarpullido; a don José Luís Rodríguez Zapatero, los militares y el no poder ocupar el puesto de honor que le corresponde al Jefe del Estado, es algo que le revuelve los intestinos.
Otra nota que quiero destacar es ¿por qué se reciben a nuestros soldados asesinados en el exterior a horas intempestivas y en una base militar?; ¿por qué los actos de honores militares se celebran en coto cerrado y no dónde pudiésemos acudir los españoles de bien?; ¿por qué no se repudian y condenan a los Partidos Políticos que no están presentes en las honras fúnebres, ya que consideran a nuestra milicia como sujetos antisistema y antidemocráticos?; ¿por qué tenemos que avergonzarnos de ellos?... Créanme que me cuesta trabajo procesar en mi cerebro que muchas madres españolas sientan odio y desprecio por los jóvenes que han elegido esa honrosa profesión… votando y apoyando a tipos que se hacen pasar por representantes del pueblo español, cuando tienen bastantes dificultades para representarse a si mismos. El que una madre desprecie y odie al hijo de otra madre es algo que alguien tendrá que explicármelo… pero muy despacito, para que yo pueda comprenderlo.
De los padres prefiero callarme, puesto que nuestra sensibilidad, cara a los hijos, jamás será comparable a la de las madres… Y por favor, las excepciones son las que confirman la regla… y prefiero no mencionarlas.

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