viernes, 15 de febrero de 2008

Director 2008.02.15

Director 2008.02.15
Para nosotros que somos una humilde Emisora de Radio, cuyo fin principal es informar al mundo de los Minusválidos de cuanto se acuerda a nivel nacional o regional y que puede redundar en beneficio de dicho colectivo, en el día de anteayer hemos vivido dos momentos muy agradables en el transcurso de la jornada. El primero, y una vez finalizado el programa titulado “El fogón del Atlántico”, que dirige y presenta la experta profesora de cocina Mayte, recibimos dos llamadas de teléfono desde la ciudad de Vigo, felicitando a la directora del programa y a sus colaboradoras. Y el segundo momento grato fue cuando a las siete y cuarto de la tarde (cinco minutos después de salir al aire el comentario de un servidor de ustedes), recibimos una llamada de teléfono desde Baeza (provincia de Jaén) de una señora que nos confesó que era nieta de gallego y asturiana… y que después de haber visto las imágenes que a mediodía pasaron los servicios informativos de los distintos Canales de Tv, y oír mi comentario, sintió vergüenza ajena del apellido que heredó; ya que todo aquello que le transmitió su padre sobre su querida Galicia y los gallegos no se correspondía con la salvajada de estos independentistas que piden la pena de muerte para una dirigente política. Independentistas que, algunos de los cuales, según declaraciones de testigos de lo acontecido el pasado viernes en el Obelisco de La Coruña, los volvieron a ver en los hechos de Santiago, contra la señora San Gil.
Si no fuera porque los hechos son de una gravedad extrema, aquel pensamiento que tenemos todos de que en España no queremos ni aceptaríamos la pena de muerte… sorprendentemente hemos visto y oído que existe un sector de nacionalistas que sí piden la pena de muerte para quienes no piensan como ellos, ni defienden o apoyan la ideología fascista, en la que ellos se sienten cómodos.
Las conclusiones las dejo en sus propias creencias y formaciones… No quiero que mis detractores me apostillen aquello que no he dicho ni escrito.
Luís de Miranda

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