miércoles, 21 de enero de 2009

Director 2009.01.21

Anoche tuve que buscar Emisoras extranjeras, por doble motivo. El primero, porque -sin ser culpa de él- estaba y estoy del señor Obama hasta más allá de los límites que me permite mi inteligencia. Y el segundo de los motivos es que quise escuchar entrevistas y comentarios –en directo- sin que ningún traductor de los medios subvencionados por el Gobierno español me “lavase el cerebro”.
El discurso del señor Presidente de los EE.UU. de Norteamérica, en sus distintas fases, (romántica, crítica y esperanzadora) fue muy claro en cuanto a que seguirá siendo la gran Nación y la gran potencia mundial. Y cuando lo ha hecho, mostró “los dientes” a quienes vieron en él un blanco y joven corderillo: que nadie ose dañar al pueblo norteamericano, representado aquí.
Buscando en el dial de la radio pude escuchar una entrevista que le hicieron a un alto responsable de la campaña de Hilary Clinton; y hasta el día de ayer, dentro del “staff” de la organización Obama. Este caballero destacó varias realidades:
Una.- Presenciaron la toma del juramento, un poco más de dos millones de personas de ideologías distintas, de religiones distintas y de clases sociales, también distintas. ¿Y saben por qué?... Porque esa bandera de las “barras y estrellas” (la que todo realizador de Tv fotografiaba en primerísimo plano) abraza y protege a los más de trescientos millones de ciudadanos.
Dos.- La ceremonia comenzó y terminó con una oración y dándole gracias a Dios; porque tenía y tiene que respetar las creencias de un pueblo muy sensible a los distintos tipos de credos.
Y tres (quizás la más importante a reseñar).- Todo pueblo simpatizante o amigo de nuestros enemigos… que no espere grandes cosas de nosotros. Es más, le aconsejaría que lo meditase bien y que cambiase de actitud.
Este último mensaje –emitido por un alto responsable de la campaña- es un “aviso a navegantes”. Por esa razón, y por buscar la verdad que nos ocultan los medios informativos del señor Rodríguez Zapatero, dudo de que con la llegada del señor Obama las deterioradas relaciones con EE.UU. vayan a mejorar; ya que, y como hemos podido ver ayer a través de las retransmisiones televisivas, a una Nación en bloque y respetuosa con toda tendencia y credo, aquella imagen de nuestro Presidente de España sentándose al paso de la bandera estadounidense, está “clavada” en la retina de todo norteamericano. Y por mucho “bombo y platillo” que se haya dado al señor Obama, y vendérnoslo como el ser más perfecto del globo, al tiempo que el Gobierno español y parte de su población se declaran abiertamente partidarios de los Palestinos y no condena los ataques terroristas de Hammas… como que no va a dar buen resultado.
Lamentablemente el Gobierno español y los Partidos Políticos que lo sustentan se han olvidado de que Europa está donde está gracias a aquel pueblo que nos regaló la sangre de miles y miles de soldados suyos y que –desconociendo la razón- en nuestra fraccionada España todavía se mantienen charlas y debates televisivos en contra de los EE.UU. de Norteamérica. ¿Cómo diablos queremos mejorar las maltrechas relaciones diplomáticas con la primera potencia del mundo si nuestros amigos son los enemigos de ellos, si traspiran odio los “progres” de las izquierdas hacia la tierra de Sam?
Lo que hemos presenciado (durante las campañas y la toma de juramento del 44 Presidente Norteamericano), a nuestros políticos españoles (de derechas, de izquierdas e, incluso, los pro-terroristas) tenían que caerles la cara de vergüenza… y por dos razones: por no aceptar la democracia y por menospreciar e insultar a sus contrincantes, en detrimento de la Nación. Y es que mientras no nos abrace y proteja una misma bandera y un mismo himno… el final de la película es previsible.
Luís de Miranda.

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