martes, 18 de septiembre de 2007

Director 2007.09.18

Ignoro si a ustedes les sucede lo mismo, pero en determinadas circunstancias o momentos, resulta que lo menos inesperado me retrotrae a épocas pasadas, a tiempos de una madurez joven donde el peso de las grandes responsabilidades nos obligó a los de mi generación a ocupar distintos puestos de trabajo: lo que llamábamos popularmente “puriempleo”.
Como persona muy joven que era en los años 60 y con el título universitario en el bolsillo, mis ideas políticas me obligaron a salir de España, salvo riesgo de parar con mis huesos en la cárcel. Y en Francia encontré lo que buscaba: libertad y formación democrática. Libertad y formación democrática, a pesar de tener como Presidente de la República al General Charles De Gaulle, el que jamás impidió a su esposa (la primera dama) que siguiese conduciendo su “dos caballos” de la Constructora Citröen, ya que cuando finalizase su mandato, la señora De Gaulle volvería a tener que ir a la compra en Colombé deux eglises, en les Vosgues.
Pues bien. En aquella etapa de mi vida, un variopinto grupo de españoles, israelitas, italianos y belgas nos reuníamos en el “Quick Elyssee” en la mitad de los Campos Elyseos, y poníamos en marcha uno de los primeros discos-vídeo de Charles Aznavour, Jacques Brell, Adamó, Sylvi Bartan, Johnny Haliday, etc., etc. Pues recuerdo que en 1964, a parte del nuevo ritmo de bailable que se llamó el “madison”, apareció una canción cantada por un negro y que se titulaba “Pretty Woman”… Aquel disco no llegó a rayarse por pura casualidad o porque los productos de aquella época eran de mejor calidad que los de ahora. Y cual no sería mi sorpresa que tres décadas más tarde aquella melodía le daba nombre a una película… y que además tuvo grandes éxitos de taquilla: Pretty Woman. Y para que no faltasen nuevos ingredientes, Richard Gere y Julia Roberts se encargaron de marcar nuevos porcentajes de marketing.
El problema que he encontrado en este recuerdo, es que cierro los ojos y veo con toda claridad al grupo de jóvenes ávidos de experiencias tomándose un café crème en el Quick… mientras nos preparábamos para romper con todo el sistema establecido, unos meses más tarde: año 1965. Pero también veo que estos años han pasado en balde y que aquella rebelión que nosotros engendramos… no ha sido captada por quienes tienen que reemplazarnos.
El comportamiento actual del avestruz, con lo que está cayendo desde hace más de tres años, no tendrá el mismo final que el de la película Pretty Woman, por mucha maquinaria de propaganda que ponga el Poder, ya que entre esos engranajes estarán el desempleo, la subida de las hipotecas, la inseguridad ciudadana y el intento contenido de destrozar lo que entendemos por España, con su Jefe de Estado, y por el mismo precio.
Recordemos lo que se intentó hacer en el día de ayer… aunque al final los traidores se acongojaron y llegaron al salón de actos cuando estos ya habían dado comienzo… dejando al señor Llamazares como el tonto útil. Y menos mal que Izquierda Unida pertenece a la cuerda del Pacto del Tinell y obedece las consignas del PSOE… de lo contrario, sabe Dios lo que le esperaría a Llamazares.
De verdad, de verdad, que siento vergüenza ajena de los políticos que representan a la mitad de España: muy valientes ante las cámaras de Tv o de los micrófonos de la Radio; pero una banda de gallinas, en el regate corto.

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