jueves, 11 de octubre de 2007

Director 2007.10.11

La juventud no podrá entender lo que voy a comentar a continuación, ya que han tenido la fortuna de nacer cuando en nuestra querida tierra la miseria de la post guerra fue tocando a su fin… y a partir de 1965 las cosas fueron cambiando para mejor (para mucho mejor, diría yo) y miles y miles de compatriotas tomaron la decisión de regresar a la madre Patria: unos, desde Alemania; otros, desde Suiza; muchísimos, desde la vecina Francia; mientras que los que los residentes en cualquier país latinoamericano decidieron que sus capitales se fuesen depositando en Bancos ubicados en Galicia… antes de dar ellos el salto definitivo o de fijar a Galicia como segunda residencia.
Pues bien. Todo ese flujo de capitales aceleraron el progreso de recuperación socio-económica de nuestro terruño , hasta el punto de pasar de la miseria casi absoluta a equipararnos a la mayoría de países europeos… y a sobrepasar el ritmo de vida de los nativos americanos.
Y es aquí cuando llegan nuestros reemplazos y se encuentran con un sistema de vida consumista y arrollador: casa con comididades; televisores, equipos de sonido, coche y vacaciones anuales. Pero como todo lo que poseemos nos parece poco, ya que miramos siempre hacia el piso de arriba, resulta que las vacaciones anuales no son suficientes… y entonces todo cuanto puente laboral se nos presenta en el calendario… ¡zas!... ¡a por él!...
Pero todo exceso tiene su precio. Y el maldito precio que pagamos por esos puentes laborales, es altísimo: muertos y más muertos. Seres queridos nuestros que quedan manchando de sangre nuestras carreteras, porque todavía no somos capaces de asumir que somos unos nuevos ricos; cuando hace unas décadas éramos unos muertos de hambre. ¿Que quiero decir con esto?... Que la vanidad y la prepotencia nos dominan. Eso por una parte. Y por la otra, que no hemos sabido educar a nuestros descendientes… con la pobre disculpa de que “no quiero que pasen lo que nosotros hemos pasado”. Y claro que lo estamos logrando… No pasan lo que nosotros hemos pasado, porque durante los fines de semana y en estos puentes laborales dejan y dejamos nuestras vidas en las carreteras… Por favor, seamos prudentes y bajémonos del pedestal de la prepotencia… o perderemos lo más valioso. ¡la vida!.

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