miércoles, 17 de octubre de 2007

Director 2007.10.17

Cada día que pasa estoy más orgulloso de la juventud que me acompaña y que dedica el poco tiempo libre que le permiten los estudios que están cursando a aportar su granito de arena en esta idea que acogió en su día la Unidad Provincial de Parapléjicos de La Coruña: la de abrir una oficina de información a través de las ondas.
Todos estos jóvenes, como dije anteriormente, están cursando estudios de periodismo durante las tardes y primeras horas de las noches; con cual se acuestan a avanzadas horas de la madrugada, ya que tienen que hacer los ejercicios y estudiar los temas del día siguiente. Y sin embargo no tienen el menor reparo y dedican su mayor esfuerzo a cumplir con las obligaciones que han contraído voluntariamente con nosotros. Es más, a parte de agradecerles el celo con que desarrollan las labores que les encomendamos, todavía se ven obligados a desplazarse hasta nuestros estudios… y por cuenta propia.
Pues bien. Estas mujeres y hombres no salen como noticia en ningún medio informativo. Estas mujeres y hombres pasan por delante de todos ustedes manteniendo su anonimato. Estas mujeres y hombres no tienen tiempo para perderlo delante de un botellón ni para pintar y destrozar los portales y escaparates de ninguna de las calles de la ciudad. Estas mujeres y hombres ni defecan ni orinan en los portales de ningún vecino. Estas mujeres y hombres respetan las normas de urbanismo y educación, como seres civilizados que son, y no provocan ningún altercado ni necesitan estar rodeados por agentes policiales. Estas mujeres y hombres, aunque les cueste trabajo creerlo a los inadaptados, disfrutan de la vida sabiendo en todo momento lo que hacen y dicen, sin faltarle el respeto a nadie y dejando que sus mentes estén sanas para abordar sus obligaciones como estudiantes –primero- y como voluntarios, también. En resumen. Estas mujeres y hombres tienen muy claro que para disfrutar de la vida no es necesario drogarse con alcohol o con hierba o con polvo o con una inyección. Simplemente lo que hicieron y hacen es desechar la basura… en toda la extensión de la palabra.
Para estas mujeres y hombres que tengo el placer de conocer y de compartir con ellos lo más hermoso de sus vidas, pido un respetuoso aplauso desde lo más profundo de los corazones de todos ustedes. Y que si alguna vez tienen el honor de conocerles personalmente, vean en ellos las nobles cualidades que siempre hemos pedido para nuestros hijos y nietos.
Que conste que la lista de inadaptados y de antisociales es muy pequeña. Parece grande por el ruido que hacen. Pero no dejan de ser un puñado de tontos que van por la vida perdiendo su propia autoestima, su personalidad y en el peor de los casos, su salud física y mental. ¡Que pena, por ellos!... y que Dios bendiga a los nuestros.

No hay comentarios: