jueves, 25 de octubre de 2007

Director 2007.10.24

Viendo una y mil veces las imágenes de la agresión a la joven ecuatoriana en el interior de un vagón, por ese delincuente, y pensando en que eso mismo le puede ocurrir a cualquier familiar mío, todo la educación que he recibido durante los años que llevo en esta selva y mis bases morales, ¡que sí las tengo!, saltarían por los aires y es muy probable que aplicaría la formación de la casi totalidad de los países latinoamericanos: los problemas de los hombres los arreglan los hombres.
Pero la triste realidad, y me apuesto unas coca-colas, será la siguiente: dejar pasar unos días y ver a este energúmeno, a este racista indomable, a esta basura humana que seguirá paseando cómo si nada hubiese sucedido… cuando ya tenía que estar entre rejas. Pero, amigos ecuatorianos, las leyes de este lado del Atlántico fueron aprobadas para apoyar siempre, siempre, al delincuente; jamás a las víctimas. La prueba de lo que digo la tienen ahí, pues entre el Juez y la Fiscal… y la casa sin barrer… este deshecho con forma humanoide se permite el lujo de amenazar a un cámara y además dar una conferencia de prensa. Y si dudan de lo que digo, repasen en sus memorias las decenas y decenas de casos en que las víctimas son perseguidas, en que las víctimas son defenestradas, en que las víctimas son despreciadas por la propia sociedad española.
A este simple betanceiro tendrán que explicarle porqué este delincuente, con las imágenes que hemos visto por los distintos Canales de televisión, está en la calle. También tendrán que explicarme porqué no está en la cárcel el joven que está en primer plano de la escena, por no haber prestado auxilio a una menor. También tendrán que explicarme por qué ese Juez y la Fiscal dejaron en libertad a ese delincuente, sin sopesar el trauma que le está causando a esa pobre joven, al saberlo en la calle y no atreverse a salir de su domicilio.
Y presumiendo un poco de conocer los países latinoamericanos y sus costumbres –algunas de ellas comunes con las de la etnia gitana- ¿quién será responsable de un “daño colateral”, caso de que este salvaje siga paseando su chulería y prepotencia por donde le venga en gana?, ¿el o la representante de la Justicia, el Cura de la Parroquia o los coquitos que redactaron los artículos que convierten esta salvajada en una simple falta que no merece ningún tipo de arresto?
Si al causante de este hecho grave la Justicia española no lo condena al máximo establecido por la ley, cualquiera de nosotros podremos hacer lo mismo con quien nos venga en gana (sin excluir a nadie, absolutamente a nadie) y a partir de esta fecha: alegando simplemente que estábamos borrachos y dando una rueda de prensa, todo quedará en una secuencia de escenas que pasarán por todas las Cadenas de Tv.
Por último, me gustaría saber qué nos declararían los padres españoles (incluyo a los que iban en el mismo vagón) si eso mismo se lo hiciesen a una de sus hijas. ¿Se conformarían con ver como este cobarde sigue chuleándose antes las cámaras de Tv… y pedirían otra de gambas?
Pueblos de América Latina… España es diferente.

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