lunes, 29 de octubre de 2007

Director 2007.10.27

Si releen mi comentario del pasado miércoles, día 24 del actual, no me negarán que acerté de pleno la decisión que ha tomado la Justicia sobre la salvaje agresión que ha sufrido esa jovencita ecuatoriana; cuando dirigiéndome a la comunidad ecuatoriana, les dije que en este lado del Atlántico la justicia protege siempre, siempre, al delincuente; jamás, al agredido. Es más, los agredidos, las víctimas son denostadas, rechazadas y a veces perseguidas por una sociedad racista (aunque lo neguemos) y enferma.
Sigo pensando, hasta que no se me demuestre lo contrario, que si la misma agresión (ojalá nunca suceda) la recibiese la hija de ese Juez o de esa Fiscal o de un General del Ejército español o del Director General de la Policía o del actual Presidente del Gobierno español o la Infanta doña Cristina, ¿este deshecho humano, este chulo de barrio, seguiría paseándose por los platós de televisión y bebiendo en los bares; ya que el tocarle un seno y darle una patada en la boca a cualquiera de las mujeres citadas anteriormente sólo constituye un delito de faltas, que se salda con una pequeña multa?... ¿Ustedes, de verdad, verdad, se lo creen?. ¿Ustedes de verdad, verdad, se creen la utopía de que todos somos iguales ante la Ley?. ¿De qué Ley estamos hablando? ¿De la del más fuerte y poderoso o de la Ley del embudo?
Miren. Los demagogos, los fariseos, los que blasfeman contra mi Dios, pueden decir lo que les venga en gana, pero me apuesto unas coca-colas a que por mucho que lo persigan y lo endiosen los informadores de los programas basura o del corazón, y que la Justicia lo mande para su casa sin cargo alguno, esa rata de cloaca, esa basura andante no se va a ir de rositas. Y si se cree que -porque está apoyado por la ultraderecha y por alguna banda de incontrolados- puede disfrutar de la popularidad presente, yo le aconsejaría que ponga pies en polvorosa y que se refugie en el interior de la isla de Australia porque las bandas latinas (otros grupos de salvajes incontrolados) sí creen en los suyos y lo que está pasando esa jovencita encendió la mecha de la sinrazón, del odio y la venganza.
Y para terminar me quedo con las escenas de ayer. La pobre muchacha tuvo que soportar el acoso de la basura periodística, en la entrada principal del recinto; mientras que el artista, el rey del kárate, entró por la parte trasera, en coche y acompañado por su abogado… como si se tratase del actor mejor pagado de los Estudios Cinematográficos.
Pobre España. Hasta nuestras virtudes morales y religiosas están saltando por los aires. Debemos cuidar y mimar a los zorros; pero a los seres humanos… si no son de nuestra cuerda, que les den morcilla... Es increíble cómo poco a poco vamos aceptando la inquebrantable Ley del péndulo.
Y por favor, que nadie se rasgue las vestiduras que ya somos mayorcitos.
Repito la hipotética situación, por si la han olvidado: si la misma agresión (ojalá nunca suceda) la recibiese la hija de ese Juez o de esa Fiscal o de un General del Ejército español o del Director General de la Policía o del actual Presidente del Gobierno español o la Infanta doña Cristina, ¿este deshecho humano, este chulo de barrio, seguiría paseándose por los platós de televisión y bebiendo en los bares; ya que el tocarle un seno y darle una patada en la boca a cualquiera de las mujeres citadas anteriormente sólo constituye un delito de faltas, que se salda con una pequeña multa?... ¿Ustedes, de verdad, verdad, se lo creen?.

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