martes, 13 de noviembre de 2007

Director 2007-11-13

Voy a intentar recordar cual es la definición del vocablo “superstición”; pues que hoy –como ya se habrán dado cuenta- es día 13 y martes.
Superstición.- Creencia ridícula y llevada al fanatismo sobre materias religiosas. Culto o veneración que se da a quien no se debe o que se practica de un modo indebido. Creencia o práctica que unas veces es reminiscencia de culturas inferiores; otras, psicosis colectivas o epidemia mental resultante de la desesperación; y muchas, efecto de contagio en que caen personas que presumen de ilustradas, distinguidas y despreocupadas. Sus consecuencias individuales abarcan toda la escala, desde la nimiedad inofensiva hasta el crimen más repugnante. Porque dentro de ese mundo, las supersticiones son muchísimas y entre las más corrientes se cuentan las de creer que derramar la sal, romper un espejo y pasar por debajo de una escalera de mano apoyada en la pared trae mala suerte. Por el contrario, trae buena suerte encontrar una herradura o un trébol de cuatro hojas… y otras simplezas por el estilo.
Más, por otro lado, y como gallegos que somos la gran mayoría que sigue mis comentarios, yo jamás olvidaré a mi profesor y a mi padrino en el mundo de la información, don Álvaro Cunqueiro, cuando nos recordaba a todos el concepto que él tuvo de las “meigas”… “habelas, hailas”. Y ese “habelas, hailas” es tan descriptivo, que aún considerándome un creyente católico, apostólico y romano, como también lo fue don Álvaro Cunqueiro… mi subconsciente me dice “¡por si acaso!”.
Soy consciente de que el poder de la mente es ilimitado, desde poder elevar a un metro del suelo el cuerpo de cualquier mortal hasta pulverizar una casa rural de bajo y piso: hechos que están grabados por cámaras cinematográficas. Y en el caso de la destrucción total de aquella casita rural, fui testigo presencial. Y la niña (si mal no recuerdo tenía a la época unos nueve o diez años) estaba a una distancia aproximada de cien metros, para evitar que las roturas de los cristales de las ventanas pudiesen alcanzarla.
Fuera de esos poderes que todos tenemos, pero que son muy pocos los que los desarrollan, no se obsesionen porque hoy sea 13 y martes. Disfruten de este último día del veranillo de San Martiño y piensen en aquello que les haga felices.

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