sábado, 17 de noviembre de 2007

Director 2007.11.17

Si alguno de ustedes tiene la paciencia de bucear en nuestro blog y releen mi comentario del pasado día 12 observarán que no estaba muy convencido del tono y la forma en que el señor Rodríguez Zapatero intentó defender a don José María Aznar. Y por lo que se ha podido saber con posterioridad, mi subconsciente me estaba alertando de que jamás el señor Rodríguez Zapatero podía traicionar a su amigo del alma: al golpista Chávez. O sea que sin haber estudiado psicología, creo adivinar las reacciones de nuestro Presidente del Gobierno Español, puesto que el odio que le envuelve no le permite camuflarse.
La realidad de aquellas imágenes, donde hubo unos segundos en que el señor Rodríguez Zapatero se tomó la libertad de hacer un gesto de “¡cállese!” a nuestro Jefe del Estado, mientras seguía interpretando el papel de moderador ante la avalancha de insultos hacia la totalidad del pueblo español, se han descubierto anteayer cuando dos personalidades presentes y muy cercanas físicamente a nuestro Rey confesaron a ciertos medios de información extranjeros que la intervención del señor Zapatero se debió a que el Rey de España le dijo “o defiendes a Aznar… o me levanto y me voy”. Y ante esa disyuntiva fue que no tuvo otro remedio que el defender a un ex Jefe de Gobierno, como lo ha sido el señor Aznar. Más, en vista de que aquel vergonzoso titubeo por parte del señor Rodríguez Zapatero de no querer enfadar a su amigo del alma, el Rey se levantó y se fue, en señal de protesta contra la propia Delegación española.
Pero, una vez más, el señor Rodríguez Zapatero y su maquinaria informativa nos han engañado a todos; incluso, al propio señor Aznar.
Mi opinión personal es que después de 42 meses en La Moncloa, nuestro Presidente del Gobierno Español nos ha demostrado por activa y por pasiva el irrefrenable odio que siente hacia los representantes de la derecha y sus votantes. Y ese profundo odio lo ha sabido transmitir también a sus adláteres: léase, por ejemplo a los señores Rubalcaba, Blanco y el tránsfuga de Izquierda Unida (portavoz del PSOE)… y cuyo apellido no merece ser escrito, porque a mí nunca me gustó ni me gusta pagarle a los traidores, como nos ha enseñado Roma. Y mientras no se me demuestre lo contrario, un tránsfuga nunca tendrá mis respetos.

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