miércoles, 21 de noviembre de 2007

Director 2007.11.21

Habrán observado que este año y por primera vez, esta Emisora “Radio Social Atlántico” está gestionando unos futuros premios que queremos entregarles a ustedes, a cambio de una simple llamada telefónica. De hecho, en el programa que presenta y dirige la profesora Mayte, “El fogón del Atlántico”, está regalando premios atractivos. También nuestro entrañable compañero Fran, desde la pasada semana les brinda la oportunidad de llevarse otro buen regalo: sólo tienen que hacer una llamada telefónica a su programa “Buena onda”.
Pero esto no es todo. Seguimos tocando las puertas de importantes Firmas Comerciales, para que nos hagan llegar sus donativos. Donativos que irán a parar a sus casas, si ustedes marcan el 881.91.50.50.
Y somos conscientes de que en estos momentos cualquier regalo será bien recibido, ya que la situación económica de España está degradándose a tal velocidad que lamentablemente ustedes ya están despertando del sueño que se iniciara a principios de siglo. Pero, para nuestra desgracia, ese bendito sueño se ha transformado en una pesadilla y en una crisis galopante, donde la llamada “cesta de la compra” se está disparando a niveles insoportables para los “mileuristas”… e inalcanzables, para los millones de jubilados que no llegan ni a tocar el salario mínimo.
Imaginemos que al finalizar el año 2008 (bisiesto, por cierto para los supersticiosos) el precio de la vivienda baja un 10% de su actual valor. Pues bien. Eso querrá decir y convertirse en paro. Y como les dije el otro día, el paro baja automáticamente las ventas; y las ventas, el ingreso directo del IVA. En resumen, que esas cifras pueden alcanzar los 28 mil millones de euros. Y esa cifra supone un decrecimiento del 2,5%, aproximadamente. ¿Qué quiere esto decir?... Que dentro de un año, España contemplará asustada como se apaga la luz. Y estas últimas sílabas me recuerda –con gran dolor de mi corazón- el gran letrero que se colocó hace bastantes años y camino del aeropuerto de Montevideo: “el último… que apague la luz”. Ojalá que esto no tengamos que escribirlo jamás quienes amamos y respetamos a España. Claro que ello depende de nosotros, sólo de nosotros.

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