Director 2007.11.30

Todos, absolutamente todos hemos sido informados a bombo y platillo de la corrupción destapada en la villa de Sotana (provincia de Murcia). Y me parece muy bien que así se haya hecho, pues los españolitos de a pie ya comenzamos a estar hartos de tanto chorizo… y de tantos saqueos, a cara descubierta.
En la Venezuela de Carlos Andrés Pérez, y cuando la Nación estaba en el punto más álgido y los bolívares y dólares desembocaban en los domicilios y en las cuentas corrientes bancarias, como ríos desbordados… fue entonces cuando los políticos se pusieron a robar a manos llenas y a pedir comisiones que dichas o escritas ahora nos causarían vértigo: la única cifra que pudo saberse (y se supuso que las de los demás serían semejantes) fue la de el ex Ministro de Trabajo que llegó a los veinticinco mil millones de bolívares, de los de aquel entonces. O lo que era lo mismo a 6.500 millones de dólares americanos. Y es que cuando estos delincuentes, sean del signo que sean, se ponen a robar lo hacen de forma que al ser descubiertos se presentan ante los tribunales rodeados de seis o diez de los mejores abogados del mundo.
Para nadie ha sido un secreto que Carlos Andrés Pérez entrenó y aconsejó a don Felipe González Márquez, al que le atribuyen la fuente y el inicio de una corrupción salvaje e indomable. Corrupción que se ha extendido, como el fuego en un día de viento fuerte, por España adelante y envolviendo a todos los Partidos Políticos.
Si la memoria no me falla, al estallar el caso Marbella me pregunté y me lo sigo preguntando que si nuestra Justicia no estuviese teñida de colores políticos a Marbella le seguiría el 75% de Andalucía; con el mismo porcentaje para Cataluña, para Murcia, para Galicia, para las Castillas, para Baleares, etc., etc. Porque sabido lo sabido no me creo que nosotros los gallegos seamos la excepción. Y como contribuyente en activo, me gustaría que antes de finalizar este siglo XXI se pudiese entrar legalmente, ¡y a saco!, en la Xunta y en todos los Ayuntamientos… para poder dormir tranquilo y callarle la boca a los bocazas… que de todo hay en la viña del Señor.