viernes, 7 de diciembre de 2007

Director 2007.12.07

Hoy quiero comenzar dándole el pésame a las familias Centeno y Trapero. Pero lo estoy haciendo en el momento en que estoy escribiendo estas líneas con lágrimas en los ojos y con un gran dolor en el corazón, como todo padre que también ha perdido un hijo… aunque haya sido, en mi caso, por enfermedad… que no tiene comparación. ¡Lo sé!... y les pido perdón, por ello.
Sin embargo fui consciente de que desde el mismo sábado pasado la Policía Francesa no les dejaría salir de su territorio, ni tampoco escapar. Y así se lo hice saber a las personas de mi entorno. (De algo tiene que servirme el haber residido en París en los años 60 y en plena guerra con Argelia).
Pues bien. Lo importante, lo reconfortante, a pesar de ese horrible dolor que están sintiendo ambas familias, es que dos de aquel trío ya han sido detenidos por las fuerzas de seguridad de la República… y que van a ser juzgados por tribunales galos.
¡Gracias, Dios mío!
Le doy las gracias a mi Dios, por haber caído en manos galas, pues de no ser así, el que hace tan sólo un año estuvo dentro de la “urna de cristal” de nuestros tribunales, en escasos meses nos volvería a poner la pistola en la nuca a cualquiera de nosotros porque, mientras estén en el poder la gente del PSOE, a los protegidos del régimen les aplicarían la ley del “accidente” o la de “la fatal coincidencia”, máxime en las vísperas de las elecciones generales. Y en cuanto a la sanguinaria, Saioa Sánchez (cuya foto de ella estamos cansados de verla en cualquier comisaría de policía), la gente del señor Zapatero ya encontraría cualquier resquicio para que no la molestasen demasiado: el mismo o los mismos parámetros que nuestro Ministro de Justicia está usando con los Concejales y Alcaldes de los pueblos y villas de las Vascongadas, para que no los declaren fuera de la ley y podamos seguirles pagando los sueldos y que sigan teniendo acceso a los informes e investigaciones policiales. Y la gran prueba la tenemos todos nosotros, puesto que el señor Presidente del Gobierno Español no entrega el acta que le otorgó el Congreso de los Diputados, ya que no piensa dejar de estar en contacto con ETA, mientras el señor Rajoy sigue llorando por las esquinas, como las plañideras de Cangas, y cayendo en las trampas que le va poniendo Zapatero, desde que llegó a La Moncloa. Si tuviera un poco de vergüenza política y se mirase al espejo, no seguiría haciendo el ridículo… y se situaría en el camino del señor Mayor Oreja y otros, por ejemplo.
Por otra parte, y formando parte de la Unión Europea nuestra vecina Francia, tenemos la esperanza los españoles que no queremos que se negocie con los terroristas que a estos asesinos les caiga la “cadena perpetua”: condena que aquí, en España, eso es impensable, porque nadie se merece ser privado de libertad por el resto de sus días. Pero sí se obliga a los padres de Raíl Centeno, Fernando Trapero y 205 compañeros más a que se queden sin sus hijos por el resto de sus días.
¡Ah!. Espero que a Francia no se le ocurra entregar a estos asesinos… porque estoy seguro que eso es lo que quieren estos matones etarras, ya que dos mil o tres mil años de cárcel… aquí, en la tierra del socialismo, se convierten -por obra y gracia del PSOE y del PP y aprovechando los meses de rebajas- en una simple gripe. De ahí que vuelva a darle las gracias a mi Dios por haber ayudado a la gendarmería francesa a que estos asesinos no se fuesen de rositas.
Y por último me dirijo a los padres de los futuros asesinos etarras y que están deseando vengarse de los franceses. Ojo con lo que van hacer, porque Francia no es España… y allí las leyes no las tienen para hacer demagogia con ellas. ¡Allí, las aplican!... Y las rebajas de Galerías Lafayette o de Printemps no influyen en los jueces. De lo cual, me alegro.

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