martes, 18 de diciembre de 2007

Director 2007.12.18

Habrán leído ustedes que en nuestra bella ciudad se van a establecer carriles para los buses… y espero que también para los taxis. Esta medida le está esperando la ciudadanía hace un montón de años. Y ahora cuando el ejecutivo, con buen acierto, quiere comenzar por tres arterias principales a ponerla en marcha, resulta que el Presidente del Ensanche (por cierto, una persona por la que siento estima y respeto) y otros cuantos vecinos del lugar comienzan a poner pegas a la decisión tomada por la Corporación. Y para hacer corto el argumento, les recordaré que alegan una disminución de puestos de estacionamiento en esas arterias viales.
No quiero pecar de personalista, pero les voy a poner un ejemplo que me parece muy comprensible para quien quiera escucharlo. Unos 30 años atrás se me presentó la oportunidad de comprarme una avioneta, ya que mi sueño, mi gran sueño era pilotar un aeroplano. Y de hecho pude hacerlo varias veces. Pues bien. Cuando me planteé comprármela, lo primero que se me exigió fue una plaza en un hangar, ya que no estaba permitido dejar las avionetas “regadas” por los laterales de las pistas, ni a la intemperie… por simples medidas de seguridad. Y cual fue mi desilusión que por no tener ninguna plaza de hangar libre aquel aeropuerto no pude realizar tal compra. ¿Me han entendido?. Lo que quiero decirles a los vecinos de la zona del Ensanche, hoy; y mañana a los demás barrios de la capital, que las calles se han hecho para que por ellas rodasen los vehículos; y por las aceras, los viandantes. Jamás, jamás, se han invertido millones de los contribuyentes para simplemente estacionar vehículos. Las vías de circulación son para lo que su mismo nombre indica: para circular. Ahora bien. Estoy dando la sensación de que toda la culpa se la estoy echando a los propietarios de vehículos de recreo o de paseo: como ustedes prefieran.
La culpa total y absoluta la han tenido y tienen nuestros políticos, pues de erguirse en prepotentes y mirarnos a los demás como si fuésemos súbditos, hasta retro aumentarse los sueldos y los gastos por cuenta ajena,… nunca se han puesto a programar el futuro de la ciudad. A tal fecha de hoy, no saben ni tienen la menor idea de cuantos vehículos circularán por las calles de La Coruña, dentro de 25 años. Tampoco se han parado a pensar que en toda nueva construcción hay que obligar al Constructor a que es necesario un mínimo de dos plazas de garaje por piso y/o apartamento. ¿Y todo esto por qué ha sucedido?... Porque los Partidos Políticos ponen en planificación a un profesor de piano; como ministro de la vivienda a un dentista; como ministro de Obras Públicas a un médico; como ministro de sanidad a un sastre… y así sucesivamente. Ellos no entienden de otra cosa que no sea el rodearse de aduladores, de semianalfabetos (si es posible), de fieles súbditos y de mentes no pensantes: para pensar ya está el dios, el omnipotente, el César. Y si con este entorno se pueden mantener en la poltrona durante treinta años; mejor que cuatro… pero poniendo “parches” y siempre arrastrados por la tozuda realidad.
La falta de planificación trae estas consecuencias. Y la planificación a futuro trae críticas entre los irresponsables… y posible disminución de votantes, al no comprender qué es lo que se está haciendo para beneficio de nuestros descendientes.

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