viernes, 25 de enero de 2008

Director 2008.01.25

Hoy mi comentario diario será un tanto breve, pues mi obligación como vecino y como amigo fue y es el acompañar a una buena señora en el Tanatorio del barrio del Ventorrillo, ya que la ley inexorable de la vida es que los padres nos vayan abriendo camino en el “más allá” (lo contrario es para volverse loco). Y a esta buena amiga se le ha ido para siempre su amado padre, tras una larga y dura enfermedad. Y quienes ya hemos pasado por ese duro trance, comprendemos el silente dolor del alma, puesto que nunca aceptamos ni aceptaremos que quienes nos han dado la vida (el mayor de todos los bienes habidos y por haber); quienes han pasado decenas y decenas de noches sin dormir, ante unas simples molestias que padecimos; quienes nos han dado ejemplo de lo duro que es mantenerse en pie, debido al fuerte trabajo físico o psíquico que la propia existencia nos reclama; quienes nos han mostrado de los dos caminos principales que están presentes en todo momento, que caminásemos por el del trabajo, la honradez y el respeto… ya que el otro, el de la desidia, el vicio y la traición, nos conduciría a nuestra propia destrucción… y, por efecto dominó, a la destrucción de los seres de nuestro entorno.
A veces, los seres sin sentimientos, sin valores románticos y sin unas buenas dosis de fantasías, creen erróneamente que los escritos de Amado Nervo, José de Espronceda, Dostoievski, Balzac, Moliére, Antonio Machado, Alfonsina Storni, Rabindranath Tagore, Ramón de Campoamor, y cientos y cientos más, son simples fantasías o modos de engaño. Señoras y señores míos, en nuestro entorno, en nuestro barrio, en nuestra ciudad, existen parejas que se aman con la misma locura que los anteriores románticos dejaron escrito. Y de ello, a Dios gracia, puedo dar fe, ya que ha sido el ejemplo que he vivido en mi propio hogar: aquel cariño recíproco entre mamá y papá, me ha contagiado a lo largo de mi vida. Pues la pareja que se ha roto en el día de ayer, por esa incorruptible ley de vida, también perteneció a la lista de los poetas. De ahí que su hija, mi amiga, se mereció unos minutos de mi escaso tiempo, en momentos tan tristes y duros. Que su papá y el de todos aquellos que los hemos perdido, descansen en paz y para siempre.

No hay comentarios: