viernes, 4 de enero de 2008

Director 2880.01.04

Disculpen ustedes, pero sigo pensando, hasta que no se me demuestre lo contrario, que los políticos nuestros (sean del Partido que sean) nos tratan a los potenciales votantes como si fuésemos acémilas o caracoles o avestruces. Para esta especie de semidioses o de dioses de paja nosotros debemos tener la misma consideración que le tienen los “cobradores del frac” a los deudores: ninguna.
Vamos a ver si soy capaz de explicarme y que ustedes me entiendan… incluso mis fieles detractores, a los que también les deseo próspero año y que me sigan con tanto ardor, como hasta el presente.
En el mes de diciembre han pasado a las listas del INEM 35.000 trabajadores (me quedé corto en 8.000… y aún así se me llamó exagerado). Pero eso no me importa. Lo que de verdad es importante y lamentable es que esa pobre gente se enfrenta a un futuro desolador porque mucha de ella trabajó sin darles de alta en la Seguridad Social, ya que en una gran parte del sector de la Construcción las leyes se pasan por el arco de Triunfo. Y se pueden permitir ese lujo, porque todo político que quiera seguir disfrutando del sueldo, del coche oficial y de los guardaespaldas, debe seguir disfrutando de lo que los contribuyentes le damos a cambio de que incumpla con las obligaciones inherentes al cargo, ya que el o los propietarios de tales Constructoras sólo tienen que levantar el teléfono, ordenar a quien corresponde que le acepte la dimisión obligada… y adiós a la prepotencia, al menosprecio y a la buena vida funcionarial.
Este dato es un pequeño cebo, cara a las elecciones. Pues lo que se está ocultando es que al caer en picado la construcción, el mínimo de despidos que están a la vuelta de la esquina rondarán los 200.000: lo que traducido a número de viviendas, serán unas 100.000 que dejarán de construirse.
Pues bien. Ustedes ya han escuchado a nuestro Ministro de Trabajo cuando escapando de la quema y a pie de escalinata nos dijo que no tenemos que preocuparnos, puesto que esta pequeña recesión durará lo que dura una borrasca en verano. Para tal insensato el progreso de España está garantizado… y lo triste es que muchos de sus votantes así lo creen o quieren que el resto lo crea.
¿Entienden ahora por qué inicié este comentario denunciando que nos están tomando el pelo?... Supongo que todavía aquellos que llevan un cuarto de siglo viviendo del cuento, a costa de las demás regiones, seguirán aplaudiendo a unos dirigentes que, al igual que ellos, han vivido unos 45 meses como las plantas parásitas… y con la esperanza de que esa inutilidad no les caduque jamás… o en el peor de los casos que dure otros cuatro años más.

No hay comentarios: