lunes, 11 de febrero de 2008

Director 2008.02.11

Yo me he considerado siempre una persona con un punto “masoca” de optimismo ya que, en líneas generales, suelo creer en mis congéneres hasta que me demuestren lo contrario. Ahora bien, una vez comprobado que tal o cual semejante me ha decepcionado, por esta o aquella actuación personal, abandono mi punto “masoca” y tomo nuevas vías de comportamiento. Una, que puede ser la del desprecio o la de la ignorancia. Y una segunda, aunque poco apetecible, cual es la de la venganza. Y la venganza, desde siglos, se ha definido como “el manjar de los dioses” o de los que están en el poder o de los acomplejados o de los cobardes.
Sin embargo, cual no será mi sorpresa, que un hombre que nos ha confesado a todos los españoles que nos había mentido, un porcentaje de mis congéneres acude a sus mítines, le escuchan embobados y aplauden como posesos sus nuevas promesas… y que todos sabemos que nos está mintiendo: absolutamente todos aquellos que tenemos una formación cultural y formativa más o menos aceptable. Porque lo que no podemos obviar es que la Bolsa española, por ejeplo, la semana pasada ha perdido un 4%, y en la mañana de hoy, abrió con un negativo del 1%... y que en nuestra querida Galicia se están cerrando, cada 24 horas, tres Agencias de Ventas y Alquileres de fincas, y en el resto de España a razón del 40% de las existentes… y que los 400.000 obreros en situación de ilegales de la construcción se irán a la calle sin derecho a ninguna prestación familiar y económica…
Que conste que esta información está en presente de indicativo. No se trata de ninguna profecía o de unos supuestos de tal o cual Partido Político. Es la cruda realidad. Y sin embargo hay una buen porcentaje de españoles que todo esto les tiene sin cuidado, porque para esos ciudadanos lo importante no es la marcha y el progreso del País en el cual viven, sino el que su ídolo siga en La Moncloa por los siglos de los siglos…

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