lunes, 12 de mayo de 2008

Director 2008.05.10

Alrededor de las 20 horas del día jueves, 8 de este mismo mes. En esta misma calle del Cuento, un grupo de jóvenes se entretuvieron golpeando y rayando un vehículo que estaba estacionado correctamente en dicha calle. Requerida la presencia policial, dos policías locales motorizados se personaron en el lugar de los hechos y establecieron una serie de interrogatorios con parte del grupo de jóvenes. Total, que al cabo de equis tiempo, el supuesto autor de tales daños materiales fue localizado, interrogado en plena calle y en presencia del resto de compañeros, al que se le comunicó que tenía que imponérsele una multa mínima de 400 euros, por la acción y por haberse dado a la fuga. Según varias versiones de los testigos, parece ser que este más que gamberro y de 17 años de edad, le suplicó al policía que no le multase pues tendría problemas en su casa, caso de que se enterasen sus progenitores… a lo que el policía accedió.
Vamos a ver, señor Alfeirán. Y me dirijo respetuosamente a usted como responsable que es de la totalidad de la plantilla de nuestra Policía Local; ya que quise hacerlo a través de una llamada telefónica, pero debido al horario de verano no me fue posible… Continúo… Miles de veces se le pide y pide a la ciudadanía que colabore con las fuerzas de seguridad -y estoy al cien por cien de acuerdo- El problema está, como me comentaban los vecinos de este entorno, en que este tipo de actuaciones por parte de sus subordinados no arreglan absolutamente nada; sino, todo lo contrario. Porque una vez que sus subordinados desaparecieron de la escena, los gamberros se rieron del vecindario y tildaron a todos ustedes de “pringaos”… según el argot de tales jóvenes.
Créame, señor Alfeirán, que con intervenciones así y ocultándole a los responsables de estos jóvenes de las fechorías que cometen sus hijos, amen del desesperante ruido que nos provocan con sus motocicletas y con sus coches, con tubos de escape “trucados”,(a lo que sus subordinados les tiene sin cuidado) lo único que están provocando ustedes es que sus chulerías vayan “en crescendo” y en un abrir y cerrar de ojos tengamos en la ciudad unos pocos delincuentes más.
Señor Alfeirán, por favor. A lo mejor le estoy amargando sus tardes de reposo o su horario de verano (como quiera denominarlo). Pero nosotros, los contribuyentes lo único que le pedimos es que se cumplan las leyes y las normas vigentes. El pasar por alto actos delictivos, eso está bien para Marbella y Colsada, de momento. La Coruña, a Dios gracias, se merece todo lo contrario.
Luís de Miranda.

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