miércoles, 16 de julio de 2008

Director 2008.07.15

Algunas veces y en tono coloquial comentamos en esta humilde Emisora que vamos a montar una oficina de adivinanzas o predicciones económicas, como ustedes prefieran denominarla. Lo cierto es que al repasar el espacio de los informativos, titulado “el comentario de nuestro director”, en determinados momentos nos echamos las manos a la cabeza y repetimos lo anteriormente escrito: “vamos a montar una oficina de adivinanzas o predicciones”.
Es una verdad innegable que desde el día de ayer, todos los Diarios de ámbito nacional y regionales (excepto los editados en Cataluña) destacan en sus primeras páginas la “suspensión de pagos de Martinsa Fadesa”, por considerar el suspenso de su cotización como la mayor quiebra económica española. Y esta realidad estaba cantada (a pesar de negarla en su momento nuestro excelentísimo Alcalde de La Coruña, don Javier Losada) puesto que los años de vivencia física y profesional me dijeron que cuando un barco se hunde, los primeros seres vivos que saltan a la mar son las ratas. Y en este caso concreto (y lo digo en clave hipotética y con los mayores respetos) todos hemos visto y leído quien se desvinculó de tal Sociedad, al darse cuenta que la burbuja del ladrillo estaba saltando por los aires.
Pienso que no es imprescindible ser un experto en economía para prever que la corrupción que se genera en los Ayuntamientos, al tener el poder de recalificar los terrenos en función de quien es el demandante, trae consigo –a corto, mediano o largo plazo- que la Banca (en su insaciable avaricia) termine adueñándose de un alto porcentaje de fincas; las que, a su vez, generarán que algún Banco se dé de bruces contra el suelo. Lo terrible, lo peligroso es que sean varios los que se conviertan en Agencias Inmobiliarias, porque entonces podríamos vivir una especie “de corralito argentino” con todas sus temibles consecuencias.
Don Javier, lamento haber acertado y que los más de 800 empleados pasen a engrosar las lista de paro nacionales… con escasas o nulas posibilidades de hallar trabajo y costándonos a todos los españoles –a través de la Seguridad Social- muchos millones de euros.
¡Ah!. Me gustaría que algún día nuestros políticos (sin distinción de sus siglas) pensasen más en el pueblo y menos en las votaciones.
Luís de Miranda.

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