jueves, 10 de julio de 2008

Director 2008.07.10

Artículo 14 de la Constitución Española, de fecha 27 de diciembre de 1978: “Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”.
Les doy mi palabra de honor que cada vez que leo el artículo mencionado, recuerdo una anécdota que me contara el viejo Perico , chofer de Franco: “Resulta que Franco quería oír personalmente a Gila contando algunos de su infinidad de chistes y le pidió a Perico que fuese a buscarlo. Una vez bajado del “Cadillac del 59” y ante la entrada principal del Palacio del Pardo, Franco le preguntó a Gila si le gustaba el coche que le había traído hasta allí.
--. Pues, sí, Excelencia.
--. Te prometo que en breve cada español andará en un coche como este.
--. Perdóneme, Excelencia, pero creo que el que vino a contar chistes he sido yo”.
Esto mismo siento , repito, cada vez que leo el artículo 14 de nuestra Constitución.
Ayer, a través de los distintos medios de información que tenemos a nivel nacional y/o regional, nos han puesto al día sobre la resolución que ha dictado la Audiencia Nacional sobre el cambio del nombre de las calles que tiene a personajes poco o nada gratos para un determinado sector: en este caso concreto es sobre asesinos etarras convictos y confesos y que en ciertas villas. Según los altos cerebros de las leyes vigentes, todo nombre de calle que haya sido puesto con anterioridad al 24 de diciembre de 2001 no hay argumento que obligue a quitarlo. Por lo tanto, pienso yo, que toda esa larga lista de nombres de calles coruñesas que quieren eliminar, por razones de odio, van a tener que seguir ahí, si lo que han dictaminado los grandes pensantes de la Audiencia Nacional Española sienta jurisprudencia… Salvo que, como el chiste de Franco, nuestras leyes nos estén tomando el pelo a los cuarenta y dos millones de ciudadanos.
Y por favor, no se rían que lo de la Audiencia Nacional no es un chiste.
Luís de Miranda.

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