miércoles, 29 de octubre de 2008

Director 2008.10.29

Una vez más he sentido vergüenza ajena al mencionar en el día de ayer, y en todos los Canales de Tv de ámbito nacional, a mi presidente de la Xunta de Galicia, el señor Pérez Touriño, por ese nuevo despilfarro de euros de todos nosotros, los contribuyentes, en mobiliario y renovación del mismo despacho que, durante 20 años, ha ocupado don Manuel Fraga Iribarne.. Y en esa misma noticia –coincidentes todos ellos- nos recordaron el baile de millones gastados en cuatro vehículos de alta gama y blindados.
Si tuviera tiempo y medios me recorrería los hogares de las familias que se están quedando sin empleo para saber de fuentes necesitadas y desesperadas qué opinión les merece tales dispendios, por parte de una gran mayoría de nuestros representantes políticos. Y es que en nuestra propia Casa del Pueblo también se han comprado nuevos vehículos (siempre de la misma alta gama) y se derribaron tabiques para que los despachos adquiriesen unas proporciones similares al despacho oval de la Casa Blanca. Y en Cataluña se modifican las limusinas para dotarlas de mesa de despacho y apoya-pies.
Esta sed irrefrenable de lujo y ostentación se está generalizando de tal modo, que muy pronto las manillas de las puertas serán de oro macizo y el interior de los despachos y vehículos se cubrirán con madera de ébano e incrustaciones de marfil, mientras encontramos a los componentes de nuestro espectro político ingiriendo vinos de cosecha, para rociar los langostinos, percebes o centollas, sin el menor recato y en locales donde anteriormente no pisaban. O si lo hacían, era para tomar una tapa de tortilla y una caña de cerveza o, en su lugar, unas tazas de vino.
Pienso que llegará el día en que unas nuevas generaciones de contribuyentes pondrán punto final a estos abusos, a tanta prepotencia, a tanta corrupción y a que dejen de mirarnos por encima del hombro, como si quienes les hemos votado en su día fuésemos unos apestados.
Aunque, y en honor a la verdad, cada pueblo tiene lo que se merece: esta ha sido nuestra siembra y ésta nuestra cosecha. Por consiguiente de nada vale que nos quejemos ahora cuando seguimos acudiendo a sus mítines como borregos y aplaudiendo los calificativos que lanzan a sus adversarios políticos y no, sus programas.
Luís de Miranda.

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