lunes, 5 de enero de 2009

Director 2009.01.05

“Que cesen los tanques y las bombas”. Este es el deseo de nuestra Primera Vice-Presidenta del Gobierno de España, señora de la Vega… y también es el deseo de millones y millones de personas de bien.
Hasta este punto, da la impresión de que todo es correcto y… no es así.
Me explico. Desde que he elegido este mundo de la información y del análisis político, me topé y sigo topando con otro tipo de gente que, para ellos, lo más importante son las declaraciones que hacen los políticos de sus simpatías, de sus entretelas, de su cuerda. Sin embargo, para mí, lo que prima y en lo que me baso siempre son en los gestos, en la literalidad de los mensajes y en los hechos.
Y en el caso de los acontecimientos en Gaza, ningún demagogo ha dicho que paren los misiles contra el sur de Israel; cuya provocación y ataques han traído la consabida respuesta.
Por lo tanto -y he aquí el análisis- no puedo entender como quienes preconizan la paz, admiten que una de las partes lance miles y miles de misiles contra la población civil del sur de Israel; pero no admiten que la parte agredida use su derecho a la defensa de sus habitantes. Y cuando usa ese derecho de respuesta a una guerra no declarada, entonces los anti-sionistas, los anti-europeos y los anti-norteamericanos, levantan sus voces. Porque para este tipo de individuos, y debido al odio acumulado desde que Hitler inició el exterminio judío, todo cuanto daño le causen a Israel no tiene la menor importancia. Lo importante, lo no admisible es que el pueblo de Israel se defienda de los ataques externos. Y si lo hace, los cobardes se esconderán tras los niños, los ancianos y los enfermos: estos gestos y hechos son los que, para estos indeseables, denominan justicia. Y las reacciones de Israel las llaman injusticia.
Excmo. Sr. Embajador de Israel en España, no se crea usted que mi pueblo, en la actualidad, es un pueblo amigo, porque no es verdad. Revise una y otra vez las grabaciones de las manifestaciones andaluzas en pro de Palestina (por ejemplo y entre otras)… y me dará la razón. Porque un pueblo amigo no desea nunca que su Nación desaparezca de la faz de la Tierra, como chillan estos energúmenos.
Eso por un lado. Y por el otro, habrá observado usted que desde hace cinco años se inició aquí una persecución hacia la Iglesia y sus creyentes. Hasta tal extremo –y me voy a basar simplemente en esta hermosa ciudad de La Coruña- que en la iluminación de mi ciudad no existe una cruz o cualquiera de los personajes que forman el Portal de Belen. Y sin embargo si hallará usted el símbolo de la media luna… ¿Se da usted cuenta, señor Embajador?... Su admirada España ha dado tal giro, que ahora a los terroristas y a los regímenes totalitarios se les extiende la mano y se les admira.
¡Ah!. Se me olvidaba. Usted estará informado, señor Embajador, que los medios informativos afectos o “comprados” por el Gobierno, han llenado páginas y horas vendiéndonos las venturas del señor Obama. Es más, se ha dado por hecho que las relaciones entre EE.UU. y España, a partir del próximo 20, serán las mejores, desde 1492. Lo que estos fanáticos pro-Palestina no acaban de entender es que ustedes son el fiel de la balanza de la estabilización de Oriente Medio y que EE.UU. no va a cambiar a Israel por un País enemigo del pueblo judío, como estamos demostrando nosotros con hechos y gestos.
Lo contrario es demagogia. Y al señor Obama, aunque no podemos enjuiciarlo todavía, no creo que vaya abrazar a los pueblos que elevan a los altares de la fama a asesinos como Che Guevara, Hugo Chávez o familia Castro. El señor Obama es consciente de que Israel es el más fiel amigo de los EE.UU. Por lo tanto, el amigo de mis amigos, mi amigo es. Y España, al día de hoy y por desgracia, está apoyando al pueblo Palestino y no condenando sus ataques a Israel.
Ahora saltarán los “vendidos”, los amantes de la media luna navideña y para los que “el velo” no es un signo religioso ni denigrante para la mujer… y me pondrán a “caer de un burro”.
Estudiantes de Periodismo. Atención, pues el futuro que os espera no es nada halagüeño; salvo que os podáis permitir el lujo de ser independientes y entonces, sólo entonces, podréis vender vuestros trabajos al mejor postor. Y ese “postor” será el que regirá un medio imparcial. De otro modo, jamás adquirirá trabajos que tantos y tantos regímenes censuran.
Es por estas circunstancias y por los niveles de corrupción al que han llegado muchos, muchísimos medios de información, que os respeto y os defenderé siempre.
Luís de Miranda.

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