miércoles, 6 de mayo de 2009

Director 2009.05.06


Ayer a mediodía estuve viendo y escuchando uno de los canales de televisión nacionales donde se estaba analizando la llegada a la presidencia del País Vasco del señor López, del Partido Socialista, gracias al apoyo del Partido Popular... y a este maldito sistema (aunque legal) que no deja gobernar al representante del Partido más votado. Con lo cual, quienes en su día aplaudían este sistema, como posesos, ahora resulta que critican lo que ellos mismos acordaron y oficializaron... hasta el extremo de tildar este bipartito de causi institucional (por parte de los señores Arzallus e Ibarreche), amen de amenazar peligrosamente a ambos Partidos Políticos. Y quiero pensar que esa brutal amenaza se debe a que ciertos políticos pierden el norte cuando dejan de saludarles los ciudadanos o de agobiarlos con el teléfono móvil
Sin dejar de apartarme de mis creencias -puesto que siempre defenderé la línea democrática de quien debe ocupar la primera jefatura es aquel que más votos ha obtenido- quiero censurar a tres de los contertulios que formaban parte de la mesa de otro Canal más del Gobierno Central por sus descalificaciones hacia tal bipartito vasco; ya que, según ellos (dos damas y un varón), este acuerdo político del señor López (PSV) con el Partido Popular es una traición al pueblo vasco, puesto que a la derecha española no la aceptan como organización democrática. Simplemente soportan al P.P. hasta tanto en cuanto no terminar de acondicionar la “piel de toro” al socialismo impuesto en Cuba, Venezuela o Bolivia.
Ya que jugamos a este juego legal (y no democrático), le doy la bienvenida al lenhendakari, señor López, y le deseo todos los éxitos del mundo en su nueva responsabilidad; puesto que -¡por fín!- las tres provincias vascuences serán gobernadas desde hoy por dos Partidos constitucionales y alejados totalmente del fantasma del separatismo. Porque, mientras no se demuestre lo contrario, los Partidos separatistas no dejan de ser el cáncer de los pueblos responsables y sensatos. Y después de tres décadas o casi... los pueblos vasco y gallego despertaron del letargo y del miedo... y enviaron a cocheras a todos aquellos dictadores que, apoyados por minorías, se creyeron los dueños y señores del cortijo. Y es que las imposiciones a punta de amenazas, más temprano que tarde, traen como resultado el desprecio de aquellos que quieren vivir en paz y con los pies en tierra.
Finalizaré este comentario diciendo a quienes quieran escucharme que los últimos resultados electorales hablaron por sí solos: los pueblos acorralados y heridos, llega un momento en que se revelan democráticamente y se juegan el todo por el todo... aunque no tengan la seguridad de vencer. Al fin y al cabo ya están tan anulados psíquica y políticamente que poco o nada tienen que perder. Aunque en este caso concreto han vencido... y por goleada.
Ojalá que la meta que han alcanzado el primero de marzo pasado no se la dejen arrebatar por la maquinaria mediática y todopoderosa: la que no tendrá inconveniente en sumarse al planteamiento del “anciano dios” del PNV.
Luis de Miranda.

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